Un nuevo estudio muestra que los consumidores de bajos ingresos enfrentan un alto riesgo al apostar en deportes

Un nuevo estudio exhaustivo realizado Rady School of Management de la Universidad de California, San Diegoexaminó más de cerca la situación en la industria de las apuestas deportivas y cómo la legalización masiva de esta actividad ha afectado a los consumidores.

Los consumidores de bajos ingresos no están preparados para participar en la carrera de las apuestas

episodio reciente Radio AtlánticoEl Sports Betting Podcast contó con la participación de la periodista deportiva Jemele Hill, quien comparó la industria de las apuestas deportivas con la industria tabacalera de hace décadas y criticó la tendencia de vender los juegos de azar como una forma inofensiva de disfrutar de las competiciones deportivas.

Investigación llevada a cabo Escuela de Administración Rady Esta afirmación parece confirmada, al menos en parte. Estudiando Se centra en analizar los impactos tanto positivos como negativos de la decisión de 2018 que legalizó las apuestas deportivas en todo Estados Unidos.

El mayor problema, dice Kenneth WilburUn profesor de marketing y análisis de la Rady School, coautor del estudio, dijo que el juego irresponsable parece estar extendiéndose entre los consumidores de bajos ingresos incluso cuando los estados reducen los ingresos y los impuestos.

Por ejemplo, el 1% recomendado de gasto en juegos de azar. Sin embargo, el estudio observa comportamientos mucho más anómalos en todos los ámbitos. Para el 3,2% de los jugadores, su factura mensual de juego representa el 15% de sus ingresos mensuales. Otro 5,3% de los jugadores gasta más del 10%. Sin embargo, otro 43% de los jugadores observados según los datos recopilados por la universidad muestran jugadores que superan el 1% recomendado.

«Definimos el juego como gastar irresponsablemente una parte importante de sus ingresos (por ejemplo, el 10%) en juegos de azar». dijo Wilbur, explicando los detalles y la metodología del estudio.

El estudio se centró principalmente en determinar el tamaño de la muestra, utilizando datos de ingresos e impuestos estatales, llamadas a la línea directa para jugadores y, lo que es aún más triste, registros de suicidio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, así como registros de pagos digitales que resultaron ser invaluables cuando construir una metodología de investigación.

Los jugadores experimentados aún pueden obtener ganancias, pero el 96% de todos los jugadores pierden

Tamaño de muestra superior 700.000 jugadores fue elegido de esa manera, explicó Wilbur, añadiendo rápidamente que el 96% de estas personas pierden dinero jugando. El 4% restante en realidad pudo ganar dinero con el juego, pero había un inconveniente. Wilbur señala acertadamente que los sitios de juegos de azar en línea tienden a bloquear las cuentas de los grandes ganadores, y hay amplia evidencia de ello.

Este problema se ha vuelto tan prominente que los jugadores se han unido para formar una asociación de juego que buscará proteger los intereses de los llamadospicante«jugadores o jugadores que deliberadamente hacen apuestas para ganar».

Por lo general, violan las reglas vagamente definidas de los operadores de juegos de azar en línea.apostar por diversión”, lo que da a las empresas de juego una excusa para excluir a los no aficionados, es decir, a los jugadores que tienden a ganar demasiado de forma constante.

A pesar de esto, Wilbur no se centró en los problemas de los jugadores ambiciosos, sino en el hecho de que los consumidores de bajos ingresos no están preparados para el ataque de las apuestas deportivas legalizadas y a menudo gastan demasiado dinero, equivocadamente, con la esperanza de ganar.

Wilbur espera que estos resultados no sólo ayuden a otros estados a decidir si regularán las apuestas deportivas, sino que también impulsen cambios de políticas mucho más significativos que ayudarán a que la industria cumpla su misión de proteger primero a los consumidores.

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